PARQUE NACIONAL DE LAS TABLAS DE DAIMIEL

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel forma parte de la denominada Mancha Húmeda. En esta amplia región se localizan numerosas lagunas de origen endorreico y en ella los desbordamientos de los ríos Guadiana, Gigüela, Záncara y Riansares, provocados por la horizontalidad manifiesta del terreno, originan la aparición de áreas de inundación no permanente y clara vocación palustre, localmente denominadas "tablas".

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel afecta a los términos municipales de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, en la provincia de Ciudad Real; se localiza entre las latitudes 39' 07' y 39' 11' norte y las longitudes 3' 46' y 3' 35' oeste. Cuenta con una superficie total de 1.928 Ha. (1.582 Ha. corresponden al término municipal de Daimiel y 346 Ha. al de Villarrubia de los Ojos), con una Zona de Protección Perimetral que incluye 5.410 Ha.

CLIMATOLOGÍA

El clima de la zona es de tipo mediterráneo de continentalidad marcada, con inviernos crudos, largos períodos de sequía estival y precipitaciones escasas.

La temperatura media anual ronda los 14ºC, con máximas que puntualmente llegan a superar los 38ºC, siendo la media de las mínimas de 9,1'C.

La precipitación media anual se aproxima a 450 mm., alcanzando sus puntos álgidos durante el otoño y la primavera.

CARACTERÍSTICAS HIDROLÓGICAS E HIDROGRÁFICAS

Las Tablas de Daimiel, originalmente, debían su entidad al equilibrio existente entre los aportes de caudales superficiales y los procedentes de niveles subterráneos.

Los dos grandes ríos de la zona, el Gigüela (que recoge las aguas procedentes de las sierras orientales de la meseta y al que, poco antes de su confluencia con el Parque, se le anexionan los caudales del Záncara y del Riansares) y el Guadiana, confluían en el área desbordando sus cauces debido a la predominante horizontalidad del terreno, originando, consecuentemente, una gran llanura de encharcamiento. Puntualmente también aportaban sus aguas algunos arroyos de carácter marcadamente temporal como el Azuer, el Pellejero, etc.

Las descargas subterráneas, procedentes del llamado acuífero de la Llanura Manchega, se verificaban a través de los "ojos" del Guadiana y de las propias tablas.

Originalmente el área de vocación palustre se extendía a lo largo de casi 30 Km., ocupando la masa acuática principal una longitud de al menos 12 Km. Actualmente esta superficie se encuentra muy disminuida ya que durante años (fundamentalmente en la década de los sesenta), y por imperativos de la política agraria predominante, se llevaron a cabo canalizaciones de cauces y desecaciones de terrenos para su posterior puesta en cultivo. Al mismo tiempo las extracciones de agua subterránea comenzaron a llevarse a cabo de forma masiva y descontrolada.

Todas estas actuaciones provocaron un descenso cuantitativo drástico en los aportes de caudales (tanto superficiales como subterráneos) de la zona, descenso que unido a la particular sequía soportada durante los primeros años de la década de los ochenta y la llegada de cargas contaminantes de relativa importancia (procedentes de los núcleos urbanos localizados en la comarca), significaron una alteración tan notable de la hidrología del área como para poner en peligro la misma existencia del ecosistema y de las poblaciones, animales y vegetales, que en él se articulan.

La situación llegó a ser tan grave que se decide la puesta en práctica de un Plan de Regeneración Hídrica. Este plan, redactado en 1984, contempla la adopción de una serie de medidas técnicas (a corto, medio y largo plazo) con el objetivo prioritario de asegurar la continuidad de los aportes de caudales superficiales. En la actualidad ya han sido puestas en práctica las medidas de mayor urgencia (construcción de pozos y derivación de caudales del Trasvase Tajo-Segura), y al mismo tiempo se está realizando un seguimiento integral con el fin de constatar el estado actual y futuras pautas de evolución del sistema.

GEOMORFOLOGÍA

 

Las Tablas de Daimiel se localizan en la amplia llanura miocénica manchega, zona en la que la característica geomorfológica más acusada es su llamativa horizontalidad (la altitud media continua es de 610-630 m., sólo superada por algunos cerros y alturas aislados de escasa entidad).

Esta extensa formación miocénica está constituida por masas de caliza, calizas margosas y arcillas calcáreas pontienses; localmente, y por efecto de procesos endorreicos, aparecen costas salinas en general asociadas a masas de agua de marcada temporalidad.

Volver a "La Mancha de Don Quijote"